Hiphopeó con brocas de Leguayork y otros tolompas anchos del terruño
Como buenos reporteros, también somos hiphoperos / vacilamos el hip hop, todos en el diario pop / pa' que los cabros no caigan en la droga / una noche al gratín en el Passapoga... Ah no poh, na' que ver, equivocamos el hip hop / pero igual nomás, firmes con la barra pop.
Sí, hermanurris, ayer nos lucimos rapeando con el actor gringo Danny Hoch (35), quien está de visita en Chilito para chacharear de voh a voh con la brocas que le llevan la Cultura Hip Hop.
Nacido y criado en Brooklyn, en Gringolandia, cuando más péndex Hoch le hizo al rap, al grafiti y el breakdance. Al crecer se dedicó de lleno a las tablas y a hacer teatro hip hop. Por eso ayer se codeó en la más free style con los cumpipas del grupo de lenguas ácidas Leguayork y otros exponentes de la lírica urbana de Temuco, Conce, Berlín y Brasil, en la mítica pobla La Legua de San Joaquín, en Chaguito.
El gringo se mandó un taller con la barra legüina para mostrar algunos de los monólogos de su obra "Cárceles, Hospitales y Hip Hop" y chachareó que la movida dejó de ser propiedad de los gringos.
"El hip-hop está en todas partes, pues no tiene barreras. Es un lenguaje que acaba con las fronteras y los idiomas", verseó.
Para el sociate, la generación del 70, en la que él se inició en la pomada, padeció atados muy igualitos a los que viven los cabros en la actualidad. Por ello el hip-hop se transformó rápido en una cultura de resistencia.
"El hip-hop no es sólo la música, hermano. Es la cultura de la resistencia", rapeó a La Cuarta... pum-pum, tch... pum-pum, tch... pum-pum, tch.
Marcelo Garay Vergara
Fuente: La Cuarta
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